Manzanillo no duerme. El puerto no para, veinticuatro horas los hombres y las mujeres trabajan. Como si no nos cansáramos.
Y los muchachos me cuentan: "Cuando a mi papá le cayó la caja no supimos qué hacer. Murió rápido. Dicen sus compañeros que el cuerpo se deshizo en el instante. ¡Que bueno, no sufrió! Al ratito no tuvimos dinero y mi mamá tomó su lugar como contador de cajas, lo único diferente es que ella usa un casco. Pero maestra, ¿qué diferencia hace un casco si son diez toneladas por caja?".
Aquí hace tiempo.
Duele.
Estoy cansada.
Sigo profundamente exhausta.
January 1, 2014
Manzanillo, Colima
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Cállense,
Me dijeron,
México,
Pasó,
Que nadie me lea,
Sur o no ser
December 19, 2013
Tu Mexico City
Here we are, dearest.
Un año después.
Con tu spanglish nuevo, tus palabras e ideas apenas nacidas.
Esta es la alegría de los caminos andados.
La nostalgia, for me and for you.
Un año después.
Con tu spanglish nuevo, tus palabras e ideas apenas nacidas.
Esta es la alegría de los caminos andados.
La nostalgia, for me and for you.
Etiquetas:
Justo antes del regreso.,
Me dijeron,
Nosotras y las cosas,
Pasó,
USA,
Vamo´a ver
September 15, 2013
Washington, DC. Segunda vez.
Nota:
Ya, por fin, me resulta evidente que este blog es una diario de viaje.
Washington, DC
Me prometí, hace, no sé, dos, tres, cuatro años, que no viajaría a otro país por ningún amor.
No pude guardar la propia promesa.
La rompí sin querer, sin darme cuenta, con cierto miedo y muchas preguntas. Tuve que tomar el vuelo, hacer la conexión, correr para no perder el avión, invertir el salario quincenal, dejar de comprar libros, música, café, cancelar las citas de varias semanas, para irle a visitar.
Pensé que no podríamos compartir tanto tiempo. Y pude, y me gustó, y quise.
Pensé que no podríamos platicar del futuro. Y pude, y me gustó, y quise.
Bailamos frente a la estatua de José de San Martín, nos sentamos en las piernas de Albert Einstein, nos explicamos la revolución bolivariana y la física nuclear, nos tarareamos canciones-dijimos poemas-plantamos besos al amanecer. Nos construimos historia.
Hacerme saber, convencerme de esto, le costó cuatro viajes, me tomó lo mismo. Carajo.
Así se siente ser amada. Así, también, se siente amar.
"Te quiero dar muchos besos. Y abrazarte. Y sentir nuestros latidos. Eso. Y recordarte que siempre aprendemos; diario, cosas nuevas. Yo de ti. Tú de mí".
Ya, por fin, me resulta evidente que este blog es una diario de viaje.
Washington, DC
Me prometí, hace, no sé, dos, tres, cuatro años, que no viajaría a otro país por ningún amor.
No pude guardar la propia promesa.
La rompí sin querer, sin darme cuenta, con cierto miedo y muchas preguntas. Tuve que tomar el vuelo, hacer la conexión, correr para no perder el avión, invertir el salario quincenal, dejar de comprar libros, música, café, cancelar las citas de varias semanas, para irle a visitar.
Pensé que no podríamos compartir tanto tiempo. Y pude, y me gustó, y quise.
Pensé que no podríamos platicar del futuro. Y pude, y me gustó, y quise.
Bailamos frente a la estatua de José de San Martín, nos sentamos en las piernas de Albert Einstein, nos explicamos la revolución bolivariana y la física nuclear, nos tarareamos canciones-dijimos poemas-plantamos besos al amanecer. Nos construimos historia.
Hacerme saber, convencerme de esto, le costó cuatro viajes, me tomó lo mismo. Carajo.
Así se siente ser amada. Así, también, se siente amar.
"Te quiero dar muchos besos. Y abrazarte. Y sentir nuestros latidos. Eso. Y recordarte que siempre aprendemos; diario, cosas nuevas. Yo de ti. Tú de mí".
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Me dijeron,
Nosotras y las cosas,
Pasó,
Primaveras inesperadas.,
Sonría,
USA
February 8, 2013
Un pretexto para saludarte, Juan Carlos
Te diré algo, le dije, pero tienes que creerlo. Es verdad. Hoy, exactamente hace diez años, murió Augusto Monterroso. No lo sabía. Me enteré porque de pronto se me vino a la mente El dinosaurio. Quería ponerlo en un papel. No sé por qué. Sólo me vino a la cabeza y sentí la necesidad de escribirlo. Luego quise ver su foto, y luego su fecha de nacimiento y por último el día de su muerte. Todos morimos, pensé. Puedo asegurarte que no conocía, hasta hoy, la fecha de su muerte. Apenas recuerdo una imagen caricaturesca de su triste rostro puesto en un viejo libro, en donde decía que él, ese Monterroso caricaturesco aparecido en un pequeño cintillo, había nacido en 1921, que había escrito El dinosaurio, que era el cuento más corto escrito en lengua española, y que decía que Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Pero jamás vi, te lo aseguro, esa otra fecha, la de su deceso, y que como bien sabes, porque hoy lo vives, marca el término del camino. No aparecía porque hoy, es decir, hace unos minutos, sé que él, Monterroso, seguía con vida, a pesar de que todo en la caricatura sugería que había muerto al menos una década atrás. Sólo quiero decirte que quizás un día, justo en medio de esta clase de casualidades de las que siempre hemos vivido rodeados, que nos acompañarán siempre, quedándose aun cuando te hayas ido, y que han llegado a atormentarte porque terminan, como dices y sin duda comprobaste ya, operando en contra de ti y no en favor tuyo, despierte y todavía sigas allí. Quizás seas mi dinosaurio monterrosiano y mi caricatura anacrónica de una muerte que pese a todo, incluida tu más absoluta resignación, sólo pueda confirmarse en el futuro.
Emilio Santamaría
Emilio Santamaría
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Lo dije,
Me dijeron,
Pasará,
Pasó,
Promesas por cumplir,
Sonría,
Vamo´a ver
January 20, 2013
Prozac
¿Cómo exactamente se escribe sobre la depresión (dice Omar "enfermedad burguesa")? ¿Con qué palabras? ¿Con qué verbos? ¿En qué tiempo?
¿Se dice: "Sé que un día de abril no pude pararme de la cama de tal cansancio en el cuerpo, veía al cielo o al techo (no importaba ni importará), pensaba en no sé qué, pero pensaba, tragaba saliva, tensaba la garganta, apretaba los dedos de las manos. Quise quedarme en la cama para llorar más a gusto. Posteriormente intenté ir a la Universidad, pero enseguida di el primer paso, deposité la mirada en la puerta y no salí, estuve ahí, parada por un par de horas, luego volví a la cama. Lloré por horas hasta dejar de ser consciente. Así fue la primera semana en la que supe de esto, la primera en la que fue incontrolable"?
¿"Estuve frente a un lago por un día sin darme cuenta. Se hizo de noche, dejaron de pasar autobuses, vi a los patos subirse a los árboles y escuché a los grillos cantar, volteé los ojos hacia la luna, encontré detalles en ella. Me pregunté si todo esto, eso, valía la pena"?
¿"Esto es una enfermedad, y como tal, se cura con rutinas: son las ocho de la mañana y no quiero olvidarme de la cápsula diaria, pongo tres alarmas. Evito tomarla en público por si alguien pregunta qué es, para qué sirve, si duele, si he intentado tomar terapia. La tomo en secreto con el afán de supervivencia social, nada más. Son las diez de la noche y es lo mismo, aunque con mayor soledad y posibilidad de mentir. Es más fácil decir que son anticonceptivos, que son pastillas para el sueño, que son cualquier cosa. Por la noche casi nadie se preocupa"?
¿"Supimos que no era tristeza porque dejó de tener razón. Nunca tuvo razón. Salía con un hombre inigualable, absurdamente inmaduro, dejó preguntas, se fue con culpa. Por una semana estuve infinitamente triste. Después el sentimiento dejó de tener explicación. La tristeza se quedó, pensé que no tenía sentido, pensé en las alegrías diarias, en lo afortunada que era. Empeoraba. La tristeza, la extraña nostalgia, siempre está latente. No importa cuánto se piense, se camine, se decida salir y bailar ante el mundo"?
¿"Sé que necesito que alguien me haga reír. Sé que necesito simpleza pues ahí se encuentra la belleza más pura, tranquila, paciente. Sé que necesito escuchar voces cantar a diario. Sé que necesito que cada amanecer, alguien, quien sea, me diga en voz bajita `esto vale la pena´. Sé que el silencio es imprescindible. Sé que necesito descansar. Sé que necesito de buenas conversaciones. Sé que necesito leer. Sé que necesito comprensión cuando soy incapaz de expresar ideas por medio de palabras. Sé que ocupo mi agenda porque soy experta en el escape. Sé que prefiero estar acompañada porque espero incansablemente que, pese a no poder percibirlo, así mejore"?
¿"Dejé de escribir porque dejé de poder hacerlo y por ello, dejó de haber razón"?
¿"A veces no puedo andar sola en la bici, en el coche, tampoco por el metro, pienso en los excesos. En lo que pasaría si... Luego me detengo, luego recuerdo, luego sonrío, luego rezo tantito. Deseo con todo lo que puedo, que así como llegó, un día de abril, esto se vaya"?
¿Se dice: "Sé que un día de abril no pude pararme de la cama de tal cansancio en el cuerpo, veía al cielo o al techo (no importaba ni importará), pensaba en no sé qué, pero pensaba, tragaba saliva, tensaba la garganta, apretaba los dedos de las manos. Quise quedarme en la cama para llorar más a gusto. Posteriormente intenté ir a la Universidad, pero enseguida di el primer paso, deposité la mirada en la puerta y no salí, estuve ahí, parada por un par de horas, luego volví a la cama. Lloré por horas hasta dejar de ser consciente. Así fue la primera semana en la que supe de esto, la primera en la que fue incontrolable"?
¿"Estuve frente a un lago por un día sin darme cuenta. Se hizo de noche, dejaron de pasar autobuses, vi a los patos subirse a los árboles y escuché a los grillos cantar, volteé los ojos hacia la luna, encontré detalles en ella. Me pregunté si todo esto, eso, valía la pena"?
¿"Esto es una enfermedad, y como tal, se cura con rutinas: son las ocho de la mañana y no quiero olvidarme de la cápsula diaria, pongo tres alarmas. Evito tomarla en público por si alguien pregunta qué es, para qué sirve, si duele, si he intentado tomar terapia. La tomo en secreto con el afán de supervivencia social, nada más. Son las diez de la noche y es lo mismo, aunque con mayor soledad y posibilidad de mentir. Es más fácil decir que son anticonceptivos, que son pastillas para el sueño, que son cualquier cosa. Por la noche casi nadie se preocupa"?
¿"Supimos que no era tristeza porque dejó de tener razón. Nunca tuvo razón. Salía con un hombre inigualable, absurdamente inmaduro, dejó preguntas, se fue con culpa. Por una semana estuve infinitamente triste. Después el sentimiento dejó de tener explicación. La tristeza se quedó, pensé que no tenía sentido, pensé en las alegrías diarias, en lo afortunada que era. Empeoraba. La tristeza, la extraña nostalgia, siempre está latente. No importa cuánto se piense, se camine, se decida salir y bailar ante el mundo"?
¿"Sé que necesito que alguien me haga reír. Sé que necesito simpleza pues ahí se encuentra la belleza más pura, tranquila, paciente. Sé que necesito escuchar voces cantar a diario. Sé que necesito que cada amanecer, alguien, quien sea, me diga en voz bajita `esto vale la pena´. Sé que el silencio es imprescindible. Sé que necesito descansar. Sé que necesito de buenas conversaciones. Sé que necesito leer. Sé que necesito comprensión cuando soy incapaz de expresar ideas por medio de palabras. Sé que ocupo mi agenda porque soy experta en el escape. Sé que prefiero estar acompañada porque espero incansablemente que, pese a no poder percibirlo, así mejore"?
¿"Dejé de escribir porque dejé de poder hacerlo y por ello, dejó de haber razón"?
¿"A veces no puedo andar sola en la bici, en el coche, tampoco por el metro, pienso en los excesos. En lo que pasaría si... Luego me detengo, luego recuerdo, luego sonrío, luego rezo tantito. Deseo con todo lo que puedo, que así como llegó, un día de abril, esto se vaya"?
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Cállense,
Danmark,
Lo dije,
Me dijeron.,
Nosotras y las cosas,
Pasará,
Pasó,
Primaveras inesperadas.,
Que nadie me lea,
Sonría
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