November 27, 2009

Foro Social Indígena 2009

Pedagogía, la Facultad de Filosofía y Letras, la UNAM, el metro Tacubaya, Noruega, etc. Quedarán para otro momento.

Hay cosas que parecen ser jueguitos del destino, coincidencias afortunadas, tonterías de la suerte, consecuencias de la incertidumbre. Resulta que Emilia vía Julio me invita a una reunión del Foro Social Indígena, sábado temprano y yo con dos opciones a) Feria del Libro, lectura de poesía de viejos conocidos b) Reunión con desconocidos para planear proyecto incierto. Elijo dormir. Recibo una llamada sugerente que me obliga a tomar alguna decisión más prudente, está bien, voy a la reunión del Foro. Terminó allí, sentada y agradeciendo la invitación, me encuentro con amigas de la pubertad y sonrío. Parece ser que después de tanta pedagoga e historiador divagador, encuentro personas un poquito más inspiradoras.

El Foro Social Indígena inicialmente era un proyecto de varios estudiantes de Relaciones Internacionales, al final, fue un esfuerzo recreativo de varios pre- médicos, politólogos y relacionistas con harta colaboración de una pre- socióloga, post- psicóloga, cuasi- filóloga, un historiador, matemático y yo, la pseudo pedagoga. Lo digo porque creo que su valor aumenta al saber que logró reunir a estudiantes de diversas áreas, a veces parece que juntar gente para hacer algo productivo es ya, nada más por eso, un buen resultado. (Y es que tendemos a reunirnos para sólo estudiar, criticar o fiestear). El principal objetivo era congregar a representantes de universidades interculturales, comunidades indígenas y ONG´s para dialogar en torno a la soberanía alimentaria. Calculo que entre organizadores y participantes fuimos 70.

Se organizaron 7 mesas que tocaban el mismo tema desde diversas perspectivas, independencia alimentaria, territorio y autonomía, economía solidaria, educación ambiental, entre otras. Como es de suponerse, acompañé a la mesa de educación. Buena sorpresa aunque con sus percances. Es interesante notar que a veces no es necesario saber teorías para comprender que el acto de enseñar significa, sobre todo, compartir. El asunto aquí es que ese pensamiento parece ser muy progresivo para el sistema educativo que tenemos. De uno u otro modo, casi todo está diseñado para jerarquizar y evitar la más mínima convivencia. En el caso específico de las comunidades indígenas, el currículo es inadecuado y pese a los múltiples esfuerzos, los contenidos centralizados no consideran prácticas de la periferia, no es compartir, sino imponer. En lo específico a la educación ambiental, habría que reconsiderar los lazos entre dichas comunidades y el entorno, seguramente resultarían tener un entendimiento más profundo que la típica ecología de tercero de secundaria.

Volviendo a lo general, todo salía bien. El detalle surgió cuando recordamos que, por razones de presupuesto, el Foro era parte del Modelo de Naciones Unidad UNAM, léase simulación de discusión diplomática sobre la crisis económica, la paz mundial, la deuda de los países subsaharianos. Universitarios vestidos de diplomáticos (¿?), trajecitos grises y niñas con zapatillas de quince centímetros (y aquí es importante mencionarlo porque cómo hablar de libertad cuando unos zapatitos te hacen imposible el siquiera caminar). Es jugar Risk pero disfrazado. Aunque aclaro que jugar Risk es divertidísimo y seguramente el Modelo tiene su lado agradable. Lo insoportable (y fascinante) es ver discutir a personas que buscan como premio un diploma que diga “mejor delegado”, prófugo de la oratoria, amo del convencimiento.

En fin, entre premiaciones e impotencia sucedió lo inimaginable, alguien con mucha valentía poniéndose de pie y diciendo que el simular hacer cambios mundiales es muy sencillo cuando no se han visto los problemas locales. Luego una mujer saludando en náhuatl y enumerando algunos asuntos pendientes, que si el hambre en la Sierra de Guerrero se equipara con la que se vive en África Subsahariana, que si es increíble que en México la tierra ya no produzca ni para su propia demanda, que si aquí, en México, 11 soldados puedan violar a una mujer sin recibir castigo alguno. Crisis social, aquí, ese día, la que se nos viene. Y de repente, muchos universitarios llorando. Yo en crisis. Un hombre cantando y rompiendo con la dinámica de todo. A los diez minutos acabó, todos salimos, muchos seguían llorando, otros desconcertados. Los asistentes del Modelo no esperaban que pasara y los que fuimos al Foro, honestamente, tampoco. Pero me hace sonreír saber que tuvo un efecto en varios, sirvió de sacudida.

A mí me quedan dudas, pero sólo quiero respuesta a una ¿Qué es más sorprendente, el hecho de que en Guerrero haya gente sobreviviendo con hambre o que en el DF los universitarios no los sepan?

Allí quedó la declaración del Foro Social Indígena, en un cierre que me dejó en shock, con ganas de ver qué más, de saber el próximo año en dónde será, de si esta vez (de casualidad) sí sale en gaceta UNAM.

August 31, 2009

July 9, 2009

April 3, 2009

Sinking sand (unos cachitos)

by Aditi Pinto
The world is full of elephant stampedes that have dented its surface in so deep. You may call it a rat race but I think the size of it is far bigger than the damage done by a small rodent. Its mammoth sized. Things will only change when pigs fly. And only those people who can unload the heaviness of their existence and spread their wings will be untouched by the stampede. They will be carried further by the wind currents, and stirred up by the movement.
Existence is mere. A stonewall, a glass of milk, untouched. To have our name on paper, on a street sign, newspaper headline or celestial body is insignificant. If the only roads we walk on are the ones made of tar or cobblestones that were built by construction workers on a sunny afternoon, we will never truly reach anywhere. And if we all walk down the same roads, chances are it will be too crowded to move.
...
So she walked. She walked on the walls of people’s houses, like a lizard slowly yet stickily makes its way. She peered downwards wondering why everyone had these huge barriers if they were doing nothing interesting behind them. People sat on their chairs outside and read the newspaper or wrote words frantically in a notebook. She saw boredom. If this was all they did all day, why did they hide it from everyone else?
“ I know you’re pretending to be special, Mr. Shah,” she called down to her grumbling neighbour who sat outside the top two buttons of his shirt undone revealing a forested chest. Maybe he did have something he ought to be hiding.
...
She grew up at her own pace. Her own space.

I´m just sharing. Making public her talent. Missing India a bit... Waiting Aditi to appear.