A Milo, quien es poesía.
A Hugo, quien quería ser maestro rural y poeta.
Me cuesta tanto coger el lápiz para escribirte. Tomo horas mirando su amarilla sencillez, su compleja utilidad, su inmensa incertidumbre. Pareciera guardar años de historias y palabras, no sé, últimamente tiende a convertirse en mi fantasma y en mi sombra.
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Él camina a todos lados sin saber porqué, carga un bulto inmenso que aún está por descubrirse, sospecho que en el fondo hay flores y nubes de algodón. Aquí hay burbujas de esas. Camina encorvado aunque apenas tiene 19 años, lee todo el tiempo y gusta de los pleonasmos pese a que todavía no sabe que es eso. Tampoco se ha dado cuenta de su belleza y capacidad. Dios no existe, si existiera le hubiese dado la oportunidad de escapar. Le digo Feño de cariño, vive en Ixhuatán y es mi amigo. Creo que no te había contado.
Calculo quinientos pescadores lanzando atarraya a las doce de la noche. Salen de sus casas al atardecer y vuelven al amanecer después de haber pesado el camarón. Dicen los ikoots que los débiles mueren a los primeros quince piquetes de zancudo, los fuertes viven en el mar para siempre. Ella es pescadora. La única en su comunidad. Recibo insultos en lugar de sonrisas. Imaginarás lo que los hombres dicen, imaginarás lo que la gente piensa. Suleyma es una de las mujeres más fuertes que conozco, cruza ríos y rompe mares. Creo que no te había contado.
Tengo “novio” y es mi alumno aunque tiene mi edad. Nunca ha puesto atención a clase, no le interesa el simple past, ni el will, ni el where, ni when, ni how, ni why, ni why not. A mí tampoco. Siempre había tomado el pupitre como punto de vigilancia y observación. Generalmente tarareaba una canción y dibujaba poemas en el cuaderno de raya casi invisible. Le contesté algo como “aja”, me cogió de la mano y sentí caracoles en el ombligo. Sonreí. Me sorprendió, me sorprendí. Le dije y no mentí. Romper jerarquías no fue idea mía sino tuya (y de Freire). No sé si pueda. Creo que no te había contado.
Fui a una reunión de appistas zapotecos, comuneros juchitecos, ejidatarios de “La Venta”, abogados de Derechos Humanos y estudiantes de la UNAM, CIDE, ENAH, ITAM, etc. Ojala puedas crear la imagen en tus ojos. Hablaron de los abusos de ingenieros y contratistas en la construcción del Parque Eólico de ”La Ventosa”. Resulta que la Comisión Federal de Electricidad renta cada hectárea en 150 pesos al año. Resulta que cada generador produce 2 millones de pesos al año. Resulta que por cada hectárea hay un aerogenerador. Resulta que a la hora de firmar contratos no había traductor. Resulta que 80% de los ejidatarios y comuneros son analfabetos. Resulta que eso es progreso. Diana, mi hermana, es ingeniera geofísica y hará prácticas en “La Venta 4”, proyecto en construcción. Resulta que mis palabras no son suficientes. Creo que no te había contado.
Aquél avión que pasó a estropear un día de felicidad cayó a dieciocho minutos (con poco tráfico) de mi (tu) casa. Él tenía la edad de mi mamá y supongo que en gran medida ella se asustó mucho más por el hecho de compartir esa característica tan absurda. Llamó al día siguiente para sugerir mi “exilio light”, mi vuelta a la vida de ”brasero de primera”, mi regreso a la “tierra prometida”. Tal vez aparezca en NY un día de estos. Admito que yo también tengo miedo. A ratos sueño a México como campo de batalla en el Punjab, otras veces me lo imagino como oasis en Rajhastán. Con todo lo sucedido últimamente me cuesta mucho verlo bien. Creo que no te había contado.
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Te extraño mucho. No te había dicho.
Te amo simplemente porque eres. Seguro nunca te lo dije.
Atenea
19.11.08
1 comment:
Ay con ese avión que nos sacó de onda a todos. Así las cosas. Saludos.
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